Tu cuerpo desnudo se mostraba allí,
en el bello horizonte sepulcral del universo.
Un mar ondulante y sensual giraba alrededor
de espumas metafísicas y dolientes.
Tus anillos viriles de hielo quemaban
cual boca sedienta de amor en primavera.
El humo astral y abismal caía sobre mi cuerpo
desastado por el tiempo venturoso y sexual.
Yo te contemplaba una y otra vez como una
amante embelesada.
Amanecía cada día, moría cada noche
de amor contigo.
¡Oh dulces sueños cuajados de quimeras
extrañas y sutiles!
Cuanto os lamento.
En la quietud de la eterna e inquietante
soledad, yo espero aún los amaneceres
soñando bajo tu piel astral.
POETIZA ARGENTINA Ana de Muro
en el bello horizonte sepulcral del universo.
Un mar ondulante y sensual giraba alrededor
de espumas metafísicas y dolientes.
Tus anillos viriles de hielo quemaban
cual boca sedienta de amor en primavera.
El humo astral y abismal caía sobre mi cuerpo
desastado por el tiempo venturoso y sexual.
Yo te contemplaba una y otra vez como una
amante embelesada.
Amanecía cada día, moría cada noche
de amor contigo.
¡Oh dulces sueños cuajados de quimeras
extrañas y sutiles!
Cuanto os lamento.
En la quietud de la eterna e inquietante
soledad, yo espero aún los amaneceres
soñando bajo tu piel astral.
POETIZA ARGENTINA Ana de Muro
1 comentario:
Lindo, gracias por compartirlo. Entregado y pasional. me gusta.
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