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SIN CONSUELO


Me percibes detrás de la barra
de los mojitos, símil de un águila
sediento, te acercas
sonrisa tímida y perspicaz
endulzan tus palabras,
comienzas un tonteo insulso
que no te hace justicia
después vendrán los típicos
halagos sobre mis ojos
"no es tu precioso color azul intenso
lo que me tiene embobado"
No, es tu expresión al mirar
mi mirada,
de nuevo quieres decirme
cosas que no sabes explicar,
y quiero creerte y sé que no te creeré
pero lo deseo, algo me dice que mientes
pero no importa, solo deseo que siga ese flirteo
porque no importan los juegos de seducción,
eso no va conmigo, soy de esas que dicen las
cosas claras, demasiado claras y sé que
te asustarás y saldrás corriendo
tal vez, no ésta noche
pero si mañana o pasado
pero ahora da igual,
continúo con el juego, la única copa en mano
ya está cumpliendo su misión
y dejo que continúes,
te acercas cada vez mas,
con sigilo, con mucho miedo a espantarme
a dar una paso en falso y salga huyendo
pero sabes que no será así,
yo no soy de esas,
parezco ser de las otras,
las que no tienen pudor
y solo se dejan llevar por sus deseos
porque mañana, solo habrás sido
un momento mas, y todo habrá pasado
y quieres que sea así, pero a su vez no lo deseas
me dices que soy distinta,
"qué dónde estaba metida todo este tiempo"
y me río, ante la sugerencia infantil
de hacerme creer que soy tu princesa,
porque eso ya no existe,
ya no creo en príncipes que se enamoran
de una en la primera noche,
solo buscas, una noche
y puede que yo también
pero aun no estoy segura
porque yo no soy de esas,
no estoy acostumbrada a ese juego,
y por mucho que me las dé de lista,
tú lo notas,
no soy una cazadora, sino la presa
y los tíos sabéis de éstas cosas,
entonces me repites de nuevo que deseas besarme,
y yo me muero del disgusto,
del susto,
del gusto,
de gusto de querer saborearte,
porque no recuerdo a qué saben esos besos,
besos prohibidos,
espaciados,
emocionantes cargados de miedo
de no saber si volarán mariposas
o bien tremendas águilas en mi estómago
como el carroñero que eres,
y te siento cerca de mi boca
repetirme de nuevo tus ansias de besarme,
y te reprocho
que estropeaste el momento
porque eso no se dice,
simplemente se hace
y te mueres de la vergüenza
porque te he pillado en un renuncio
y te sonrojas,
y me muero del gusto de verte sonrojar,
y eso te hace mas irresistible,
y deseo ser la loba que dicta mis venas,
y tirarme a tu cuello, y porqué no
ser yo, la que tenga el poder
y te arranque los besos con extremada dulzura
arriesgada con colmillos de acero
y desangrarte en un solo beso,
y decidida me tiro a cometer mi locura
me acerco a ti
y cuando piensas que voy
a besarte y después a comerte
te susurro al oído
que no tendrás suerte, No
ésta noche No
tesoro
porque si lo hago, si te como a besos
y después me gusta, desearé mas
y mas, y detrás
te arrancaré la ropa
y furtiva de ganas dará
igual si existe una cama
y te haré precisamente eso
con lo que has estado soñando,
porqué soy esa mujer que
has estado buscando
pero has llegado tarde,
ésta mujer ya tiene dueño
y te morderás las uñas
como yo me comeré las ganas,
porqué si te hiciera caso
y me dejará llevar,
después no habría consuelo
para este alma infiel que de seguro
desearía mas de ti, y al llegar a casa
a mi cama caliente por mi hombre
no podría mirarle a la cara, no consentiría
volviera a tocarme
sin antes recordar cada gesto
de tu piel, y al cerrar los ojos
te vería allí una y otra vez
mojando mi cama con mis ganas, pero sería otro
mi otro hombre quien endulzaría mis canas
y pasarían los meses y no podría
volver a sentir hombre alguno
sin antes redimirme y fustigarme por abrir
los ojos y no verte pegado a mi cuerpo
y al final, me dolerían las ganas
los besos
el alma, porque
quiero ser esa puta
sin remordimientos, pero no lo soy
y si te hiciera caso
entonces, sería una puta
con remordimientos
que se fragela día y noche
soñando disfrutar
contigo de nuevo
y me quedaría, sola
siempre, sola
sin ti
sin él
sin mi...

EVA MARQUEZ

DEL OTRO LADO


Llegará el día es que estés
del otro lado, sentado
en cualquier esquina
sitiada de esquivos
segundos gastados,
haciendo un balance inútil
que a nadie mas afecte,
viendo el ir y devenir de
otras gentes, de otros niños
que ya no serán los tuyos
esperando pacientemente
el saludo de la muerte,
garrapatas de recuerdos
solapados a los pellejos
de tu piel, serán
un amigo infiel

llegará el día, en que
desees volver el tiempo
hacia atrás, y subirte
de nuevo al columpio
puede que llegues a ese día
puede que no,

la niña vieja
que yace en mi
quisiera comenzar
de cero en
cada viaje
diario.
EVA MÁRQUEZ

TORTURAME


Tortúrame con tus besos ahí
donde los sentidos
se hacen agua
mientras voy desfalleciendo
ahí,
donde el corazón
palpita a su propio ritmo
y en su propio cuerpo
ahí,
donde perfectas mis manos
se aferran a tus cabellos
mientras voy cayendo
ahí,
donde ya rendida
clama por piedad
todo mi ser.

MEMORIA OCULTA


Guardo tus senderos
en la memoria de mis dedos
guardo en un rincón
el dolor que necesito
para amarte.


Sylvia Moure

TEMPRANA_MENTE


Tempranamente el olvido

me dará su mano,
absorviendo tu nombre
y los recuerdos de mi memoria,
extraviada entonces y sin comprender
las nubes de este viaje,
diminutos fragmentos
de tu ser y mi ser
traerán un verano
a este invierno sin tiempo
Sylvia Moure

SOLO UNA VEZ


Ha sido mucho tiempo de encuentros fingiendo ser fortuitos, muchas veces las que he pasado mi mano rozando tu brazo para sentir el tacto de tu piel con la mía, y de miradas esquivas que aun sin quererlo se encontraban. Y tú lo sabías… Fuiste rápido al cazar mis intenciones. Las pillastes al vuelo. Y por eso me seguiste y entraste en este juego con fuego en el que tú sabías que no te quemarías... Pero yo sí.

Todo había ido muy bien. Toda mi vida he estado vigilante ante mis impulsos más bajos, prohibiendo llegar a ese sitio al que tú me invitabas, dejando que tan sólo la imaginación satisficiese mínimamente mis deseos primarios. Y sin embargo, ahora, aquí te tengo, sonriéndome, guiñándome el ojo y susurrándome al oído - Sólo una vez. Hazlo, sólo una vez. - Ahí llegó mi perdición, cuando la curiosidad se mezcló con la oportunidad. Y aunque te contesté enseñando mi alianza, tú me respondiste que no te importaba las ataduras que se exhibieran desde mi dedo anular, y me volviste a repetir - Una vez. Hazlo, sólo una vez.
¡Al diablo con todo! Tienes razón y no tiene por qué pasar nada. Solo lo haré hoy. Y aquí estoy ahora, en una casa que no conozco, sin importarme ni un ápice lo que me rodea, ni lo que pueda encontrarme. Sólo me importa este momento. Mi momento.

No quiero que hables. No me hace falta. Ya no digas nada. Solo quiero aprovechar cada segundo sin que éste pase en balde. Sintiendo tu fuerza oprimiendo mi cuerpo, tus brazos anudándose a los míos, tus labios a menos de un centímetro de mi boca. Es tan excitante que me tengo que repetir - Una vez. Lo haré sólo una vez- Así que, no puedo perder el tiempo y tengo que hacer realidad cada uno de mis sueños, en esta única oportunidad donde me permito descubrir mi auténtica debilidad.

Y me das media vuelta y puedo ver tu pecho entre las aperturas de la camisa. No, no te la quites, deja que la rompa haciendo que salten los botones para así destapar tu torso. Estoy a cien por hora, pero tengo que repetirme una y otra vez que sólo lo haré hoy, pues nunca más volverá a suceder. Tengo que prometérmelo y satisfacer todas mis fantasías, en una sola carta, para no olvidarlas jamás. Ahora te agarro por la espalda. Puedes sentir mi fuerza. Dos iguales viviendo intensamente el momento.
Te arrincono contra la pared mientras paso mi lengua lentamente por tu cuello y dejo caer la mano hasta notar lo abultado del pantalón… ¡Anda, vicioso, que sé que te estás dejando!
Te vuelves a girar, me tiras encima de la cama y luego te posas sobre mí mientras me despojas de todas mis prendas. Yo sigo pensando que esto no puede ser real. ¡Jamás creí que me atrevería hacerlo! Todo el esfuerzo de una vida arrojado a un agujero sin fondo. Entonces me vuelvo a repetir: Una vez, sólo una vez
- No importa. Ya no pienses en eso - me digo de nuevo y vuelvo a centrarme en cada centímetro de tu cuerpo mientras te quito lo último que te queda encima. Tan sólo te queda el reloj, mostrándome el tiempo que me queda para volver a la realidad, o tal vez a mi verdadera fantasía. Y sintiendo tu barba frotándose contra mi piel, te entrego por fin a mi más estricto yo.

Ahora voy a olvidarme de todo, pues aún me quedan dos horas. Y me repito a mí mismo - Sólo una vez. A las ocho debo volver a mi perfecta vida de casado, al lado de mi perfecta mujer.
Autor: Roberto Arévalo

ASI ESTOY YO SIN TI


Extraño como un pato en el Manzanares,
torpe como un suicida sin vocación,
absurdo como un belga por soleares,
vacío como una isla sin Robinson,
oscuro como un túnel sin tren expreso,
negro como los ángeles de Machín,
febril como la carta de amor de un preso…,

Así estoy yo, así estoy yo, sin ti.

Perdido como un quinto en día de permiso,
como un santo sin paraíso,
como el ojo del maniquí,
huraño como un dandy con lamparones,
como un barco sin polizones…,

así estoy yo, así estoy yo, sin ti.

Más triste que un torero
al otro lado del telón de acero.

Así estoy yo, así estoy yo, sin ti.

Vencido como un viejo que pierde al tute,
lascivo como el beso del coronel,
furtivo como el Lute cuando era el Lute,
inquieto como un párroco en un burdel,
errante como un taxi por el desierto,
quemado como el cielo de Chernovil,
solo como un poeta en el aeropuerto…,

así estoy yo, así estoy yo, sin ti.

Inútil como un sello por triplicado,
como el semen de los ahorcados,
como el libro del porvenir,
violento como un niño sin cumpleaños,
como el perfume del desengaño…,

así estoy yo, así estoy yo, sin ti.

Más triste que un torero
al otro lado del telón de acero.

Así estoy yo, así estoy yo, sin ti.

Amargo como el vino del exiliado,
como el domingo del jubilado,
como una boda por lo civil,
macabro como el vientre de los misiles,
como un pájaro en un desfile…,

así estoy yo, así estoy yo, sin ti.

Más triste que un torero
al otro lado del telón de acero.

Así estoy yo, así estoy yo, sin ti.





QUE SE LLAMA SOLEDAD


Algunas veces vuelo
y otras veces
me arrastro demasiado a ras del suelo,
algunas madrugadas me desvelo
y ando como un gato en celo
patrullando la ciudad
en busca de una gatita,
a esa hora maldita
en que los bares a punto están de cerrar,
cuando el alma necesita
un cuerpo que acariciar.


Algunas veces vivo
y otras veces
la vida se me va con lo que escribo;
algunas veces busco un adjetivo
inspirado y posesivo
que te arañe el corazón;
luego arrojo mi mensaje,
se lo lleva de equipaje
una botella…, al mar de tu incomprensión.


No quiero hacerte chantaje,
sólo quiero regalarte una canción.


Y algunas veces suelo recostar
mi cabeza en el hombro de la luna
y le hablo de esa amante inoportuna
que se llama soledad.


Algunas veces gano
y otras veces
pongo un circo y me crecen los enanos;
algunas veces doy con un gusano
en la fruta del manzano
prohibido del padre Adán;
o duermo y dejo la puerta
de mi habitación abierta
por si acaso se te ocurre regresar;
más raro fue aquel verano
que no paró de nevar.


Y algunas veces suelo recostar
mi cabeza en el hombro de la luna
y le hablo de esa amante inoportuna
que se llama soledad.


BESOS DE JUDAS


No soporta el dolor, le divierte inventar
que vive lejos, en un raro país,

cuando viaja en sueños lo hace sin mí,
cada vez que se aburre de andar
da un salto mortal.

Cuando el sol fatigado se dedica a manchar
de rosa las macetas de mi balcón
juega conmigo al gato y al ratón,
si le pido “quédate un poco más”
se viste y se va.

Cuanto más le doy ella menos me da
Por eso a veces tengo dudas,
¿no será un tal Judas
el que le enseñó a besar?

Nunca me dice ven, siempre se hace esperar,
de noche como un sueño tarda en venir,
dibuja nubes con saliva y carmín,
cobra caro cada abrazo que da,
no acostumbra a fiar.

Cuando gritos de alarma suenan por la ciudad,
cuando los sabios dicen “no hay solución”
ella pretende que hagamos el amor
en una cama de cristal
a orillas del mar.

Yo que siempre traté de aprender a barajar
los naipes al estilo del triunfador,
ahora me veo jugando de farol
mientras su manga esconde un as,
sale siempre a ganar.

Cuanto más le doy ella menos me da,
por eso necesito ayuda,
aunque sea de Judas…
bésame un poco más



AMORES ETERNOS


Desnuda se sentía igual que un pez en el agua,
vestirla era peor que amortajarla;
inocente y perversa como un mundo sin dioses,
alegre y repartida como el pan de los pobres.


No quise retenerla, ¿de qué hubiera servido
deshacer las maletas del olvido?
Pero no sé qué diera por tenerla ahora mismo
mirando por encima de mi hombro lo que escribo

.
Le di mis noches y mi pan, mi angustia, mi risa,
a cambio de sus besos y su prisa;
con ella descubrí que hay amores eternos
que duran lo que dura un corto invierno.


Conservo un beso de carmín que sus labios dejaron
impreso en el espejo del lavabo,
una foto amarilla, un corazón oxidado,
y esta sed del que añora la fuente del pecado.


Antes que la carcoma de la vida cotidiana
acabara durmiendo en nuestra cama,
pagana y arbitraria como un lunes sin clase
se fue de madrugada, no quiso ser de nadie.


Le di mis noches y mi pan, mi angustia, mi risa,
a cambio de sus besos y su prisa;
con ella descubrí que hay amores eternos
que duran lo que dura un corto invierno.




HOTEL DULCE HOTEL


Pedí dos camas con ventanas al mar,
mejor que salgas sola del ascensor,
conozco un chino cerca para cenar,
inventa un nombre falso y déjalo en recepción,
le he dicho al camarero que nos suba champán,
un siglo y tres minutos, ¿cuándo vas a llegar?
Prepararé un canuto bien cargado en tu honor,
la llave está en la puerta, cuarto setenta y dos.
Hotel, dulce hotel,
hogar, triste hogar,
estatuas de sal,
habitación con vistas a tu piel.
Tal vez se deje seducir el azar,
abriga más cuando es furtivo el amor,
con seis ducados arrugados y un par
de botas medio rotas se camina mejor;
te besaré la nuca mientras miras saltar
las olas entre las farolas del malecón,
ponte el liguero que por reyes te regalé,
ven a la cama, nos persigue el amanecer.
Hotel, dulce hotel,
hogar, triste hogar,
estatuas de sal,
habitación con vistas a tu piel.
Tú sabes que en el purgatorio no hay
amor doméstico con muebles de skay,
no es que no quiera, es que no quiero querer,
echarle leña al fuego del hogar y el deber,
la llama que me quema cada vez que te veo
me dice que es absurdo programar el deseo,
al cabo de unos años estaríamos los dos
adultos y aburridos frente al televisor.
Hotel, dulce hotel,
hogar, triste hogar,
estatuas de sal,
habitación con vistas a tu piel.


CUERPO, CORAZON Y DESEO



El cuerpo tiene un ayer
que no se cura mañana,
nueve noches por semana
sin ganas de amanecer.
Laberintos del placer
cuando baja la persiana
del crepúsculo, Diana,
cazadora de vía estrecha,
clava su póstuma flecha,
en mi podrida manzana.

El corazón es un flan
que encoge con cada pena
y se inflama cuando suena
la flauta dulce de Pan.
Eva se va con Adán
porque el amor desenfrena
y, al calor de la verbena,
siempre aparece un muchacho
que le financia el gazpacho
después de la noche buena.

El deseo es un corcel
que la madurez embrida,
cuando el bajel de la vida
no acepta tratos con él.
No se trata de ser fiel
a la esposa malquerida
ni echar vinagre en la herida
de la loca juventud;
la pasión y la salud
pierden siempre la partida

VOLVERLO A VER


¿Y nunca, nunca más, ni en noches llenas
de temblor de astros, ni en las alboradas
vírgenes, ni en las tardes inmoladas?

¿Al margen de ningún sendero pálido,
que ciñe el campo, al margen de ninguna
fontana trémula, blanca de luna?

¿Bajo las trenzaduras de la selva,
donde llamándolo me ha anochecido,
ni en la gruta que vuelve mi alarido?

¡Oh, no! ¡Volverlo a ver, no importa dónde,
en remansos de cielo o en vórtice hervidor,
bajo unas lunas plácidas o en un cárdeno horror!

¡Y ser con él todas las primaveras
y los inviernos, en un angustiado
nudo, en torno a su cuello ensangrentado!

YO CANTO LO QUE TU AMABAS


Yo canto lo que tú amabas, vida mía,
por si te acercas y escuchas, vida mía,
por si te acuerdas del mundo que viviste,
al atardecer yo canto, sombra mía.

Yo no quiero enmudecer, vida mía.
¿Cómo sin mi grito fiel me hallarías?
¿Cuál señal, cuál me declara, vida mía?

Soy la misma que fue tuya, vida mía.
Ni lenta ni trascordada ni perdida.
Acude al anochecer, vida mía;
ven recordando un canto, vida mía,
si la canción reconoces de aprendida
y si mi nombre recuerdas todavía.

Te espero sin plazo ni tiempo.
No temas noche, neblina ni aguacero.
Acude con sendero o sin sendero.
Llámame a donde tú eres, alma mía,
y marcha recto hacia mí, compañero.

VERGUENZA


Si tú me miras, yo me vuelvo hermosa
como la hierba a que bajó el rocío,
y desconocerán mi faz gloriosa
las altas cañas cuando baje al río.

Tengo vergüenza de mi boca triste,
de mi voz rota y mis rodillas rudas;
ahora que me miraste y que viniste,
me encontré pobre y me palpé desnuda.

Ninguna piedra en el camino hallaste
más desnuda de luz en la alborada
que esta mujer a la que levantaste,
porque oíste su canto, la mirada.

Yo callaré para que no conozcan
mi dicha los que pasan por el llano,
en el fulgor que da a mi frente tosca
en la tremolación que hay en mi mano...

Es noche y baja a la hierba el rocío;
mírame largo y habla con ternura,
¡que ya mañana al descender al río
lo que besaste llevará hermosura!

YO NO TENGO SOLEDAD


Es la noche desamparo
de las sierras hasta el mar.
Pero yo, la que te mece,
¡yo no tengo soledad!

Es el cielo desamparo
si la Luna cae al mar.
Pero yo, la que te estrecha,
¡yo no tengo soledad!

Es el mundo desamparo
y la carne triste va.
Pero yo, la que te oprime,
¡yo no tengo soledad!

VINO


Rojo como la sangre en mis labios empiezas para luego viajar por mis venas acercarte a mi cerebro y obnuvilar mi razon y mi conciencia.

Evitame el sufrimiento de pensar en la mentira para justificarte como cada noche de cada dia.

Llega para calmarme con la primera copa y desesperarme al ver la ultima gota, moja en mis labios tu dulce olvido.

Llename de sueños y al final de la nochecuando la copa como mi mente esten vacios dejame dormir soñando con la siguiente noche donde repetiremos esta comunion hasta dejar vacia la copa y llenarme de ignorancia.



Diego Armando Rendon Contreras.

NO ME PIDAS QUE TE OLVIDE...


nunca me pidas que te olvide
porque prefiero no seguir viviendo,
acabar con mi existencia
antes que perder tu recuerdo

antes de olvidarte
prefiero caer en un sueño
que no tenga un fin
que sea un sueño largo y eterno

despues de este dia
quiero que te lo graves
no en tu cabeza,si no en tu corazon
que de mi nunca te iras
y que estaras en mis dias eternos
te esperare,no importa el tiempo
pero no te olvidare
porque una promesa,atados nos dejo
no me olvides,yo ni lo tratare
y ni siquiera lo pensare...

te acuerdas tu y yo
tu pecho junto al mio
dos corazones y un solo sonido
ese dia,aquella hora, en ese momento
nuestros latidos eran uno
y su sonido sera eterno
aunke partas y rompas este corazon

al final te iras
y con ello te llevaras mis recuerdos
pero de mi nunca te iras
te dejo un recuerdo en tus labios
que se queden tatuados
hasta verte regresar
mis labios son tuyos
y este corazon,pobre y desecho
estara esperandote,mi amor...

olvidarte..no me pidas eso

aunque sea este el ultimo momento
y sea este el ultimo beso
que quede grabado en el cielo
lo que por ti siento
amor,no me pidas,que te olvide
no mates nuestros recuerdos
nuestros besos y momentos
no me pidas eso
te seguire amando aunque tenga que decirte ADIOS..

SOY TU AMIGO


NO SOY TU CONFIDENTE
SOY TU COMPLICE.


NO SOY QUIEN TE ESCUCHA
SOY QUIEN TE ACONSEJA


NO SOY QUIEN TE REPROCHA
SOY QUIEN TE COMPRENDE


NO SOY QUIEN COMPRA Y GASTA
SOY QUIEN COMPARTE


NO SOY EL QUE TE DIVIERTE
SOY QUIEN ES FELIZ A TU LADO


NO SOY TU HERMANO
SOY QUIEN MAS TE QUIERE


NO SOY TU PAÑO DE LAGRIMAS
SOY QUIEN LLORA CONTIGO



POR QUE MI AMISTAD SOBREPASA
ESOS LIMITES.

TE PERDI....


acostado mirando al cielo
veo una luz pasar
y yo sin saberlo
te deje escapar



no dijiste adios
te fuiste si avisar
mas no te puedo odiar
pues fue tu desicion


si no te dije cuanto te amo
cuando estabas a mi lado
hoy solo puedo decirte
lo mucho que te extraño


que tonto fui
no te supe valorar
y ahora sin ti
tendre que andar
pues en mis sueños
ya no estaras


como sera la vida sin ti
no lo puedo imaginar
pero para aprender a vivir
ahi que tropezar
caminando por veredas
trendre que seguir
pues los caminos de rosas
para mi andejado de existir


se que no volveras
pues has encontrado a alguien mas
pero dejame decirte que como yo
nunca nadie te amara.


Jesús Rafael Guerrero Sánchez.

AMOR DE AMANTES


Amor de amantes que prejuzgan por prohibido,
aquel que late de un instante, que vive de un suspiro.
Amor que desafía a la vida por no tener su destino,
amor que en el silencio te extraña, al no tenerte al lado mío.
Amor que fluye en la sangre, que vibra con solo verte,
sabe que tus ojos no me engañan son tus labios los que mienten.
Amor que dilata al presente y consume el futuro inerte,
solo vive porque te ama y muere porque te siente.
Si la vida me regala solo segundos de tus besos,
solo un corto tiempo del destino,
bastara una mirada cómplice del alma,
para unir nuestros cuerpos, en este huracán prohibido.

Cuerpos que sin culpa se sienten libres, sin culpa te siento mío...
sentimiento que nace cuando estas a mi lado,
que vive al fundirte conmigo.

Perdóname por hoy, mi dulce amante,
debo vagar en este mundo a mar abierto,
lejos de tu vida, lejos de tus besos,
solo por amarte y no morir en el deseo.

Prométeme mi fiel amante, que me llevarás en secreto,
me sentirás en tu piel, en tu sangre,
me mantendrás viva en tu cuerpo.

Solo en la distancia intentaré olvidarte,
por no tenerte por completo,
por no aceptar compartirte,
por desearte a cada momento.

Pero no creas esta mentira,
que solo finge un simple y corto tiempo,
porque tu sabes que te llevo en corazón y alma,
sellado a mi vida, fundido a mi cuerpo.

DESPUES DE TODO


Después de todo -pero después de todo-
sólo se trata de acostarse juntos,
se trata de la carne,
de los cuerpos desnudos,
lámpara de la muerte en el mundo.

Gloria degollada, sobreviviente
del tiempo sordomudo,
mezquina paga de los que mueren juntos.

A la miseria del placer, eternidad,
condenaste la búsqueda, al injusto
fracaso encadenaste sed,
clavaste el corazón a un muro.

Se trata de mi cuerpo al que bendigo,
contra el que lucho,
el que ha de darme todo
en un silencio robusto
y el que se muere y mata a menudo.

Soledad, márcame con tu pie desnudo,
aprieta mi corazón como las uvas
y lléname la boca con su licor maduro.

DESPEDIDA


Conque entonces, adiós. ¿No olvidas nada?
Bueno, vete... Podemos despedirnos.
¿Ya no tenemos nada qué decirnos?
Te dejo, pues irte... Aunque no, espera,
espera todavía
que pare de llover... Espera un rato.
Y sobre todo, ve bien abrigada,
pues ya sabes el frío que hace allí afuera.
Un abrigo de invierno es lo que habría
que ponerte... ¿De modo que te he devuelto todo?
¿No tengo tuyo nada?
¿Has tomado tus cartas, tu retrato?

Y bien, mírame ahora, amiga mía;
pues que en fin, ya va uno a despedirse.
¡Vaya! No hay que afligirse;
¡vamos!, ¡no hay que llorar, qué tontería!

¡Y qué esfuerzo tan grande
necesitan hacer nuestras cabezas,
para poder imaginar y vernos
otra vez los amantes
aquellos tan rendidos y tan tiernos
que habíamos sido antes!

Nos habíamos las vidas entregado
para siempre, uno al otro, eternamente,
y he aquí que ahora nos las devolvemos,
y tú vas a dejarme y yo voy a dejarte,
y pronto partiremos
cada quien con su nombre, por su lado...
Recomenzar... vagar...
vivir en otra parte...
Por supuesto, al principio sufriremos.
Pero luego vendrá piadoso olvido,
único amigo fiel que nos perdona;
y habrá otra vez en que tú y yo tornaremos
a ser como hemos sido,
entre todas las otras, dos personas.

Así es que vas a entrar a mi pasado.
Y he de verte en la calle desde lejos,
sin cruzar, para hablarte, a la otra acera,
y nos alejaremos distraídos
y pasarás ligera
con trajes para mí desconocidos.
Y estaremos sin vernos largos meses,
y olvidaré el sabor de tus caricias,
y mis amigos te darán noticias
de "aquel amigo tuyo".
Y yo a mi vez, con ansia reprimida
por el mal fingido orgullo,
preguntaré por la que fue mi estrella
y al referirme a ti, que eres mi vida,
a ti, que eras mi fuerza y mi dulzura,
diré: ¿cómo va aquella?

Nuestro gran corazón, ¡qué pequeño era!
Nuestros muchos propósitos, ¡qué pocos!;
y sin embargo, estábamos tan locos
al principio, en aquella primavera.
¡Te acuerdas? ¡La apoteosis! ¡El encanto!
¡Nos amábamos tanto!
¿Y esto era aquel amor? ¡Quién lo creyera!
De modo que nosotros -aún nosotros-,
cuando de amor hablamos
¿somos como los otros?
He aquí el valor que damos
a la frase de amor que nos conmueve.
¡Qué desgracia, Dios mío que seamos
lo mismo que son todos! ¡Cómo llueve!

Tú no puedes salir así lloviendo.
¡Vamos!, quédate, mira, te lo ruego,
ya trataremos de entendernos luego.
Haremos nuevos planes,
y aun cuando el corazón haya cambiado,
quizá revivirá el amor pasado
al encanto de viejos ademanes.
Haremos lo posible;
se portará uno bien. Tú, serás buena,
Y luego... es increíble,
tiene uno sus costumbres; la cadena
llega a veces a ser necesidad.
Siéntate aquí, bien mío:
recordarás junto de mí tu hastío,
y yo cerca de ti mi soledad.

Paul Geraldy